Y SI… consideráramos a la Evaluación del Desempeño como una de las herramientas más importantes de la Gestión del Liderazgo y Talento. Si en vez de herramienta, la consideramos como un proceso que puede influir decisivamente en el futuro profesional y personal de las personas, entonces se hace imprescindible.
Usado consciente y eficientemente este proceso trata de sacar lo mejor de las personas y ponerlo en valor, siendo coherente con la Visión, Misión y Valores de la Organización.
Así el rendimiento es o puede ser espectacular y saludable, sí saludable, no estresante.
También es cierto que para que sea así, se necesita un gran nivel de madurez y formación no demasiado habitual. Por lo que muchas veces queda la esa Evaluación en un puro formulismo desmotivador y amenazante. En un papel mojado… de sudor frío.
¡Por favor… podemos hacerlo mejor!