A veces en las organizaciones confundimos el control con el poder asociado a una jerarquía o posición aparente.
Solemos creer -falsamente – que controlamos las cosas, nada más lejos de la realidad. Te propongo unas sencillas preguntas para que evalúes tu sentido de control:
- ¿Controlas tu salud, la subida o bajada de la fiebre o cuando se te va a pasar la tos, por decir algo?
- ¿Controlas cuando te vas a quedar dormido?
- ¿Controlas lo que te puede suceder mañana?
- ¿Controlas lo que piensan de ti tus colaboradores, familiares o amigos?
- ¿Controlas a tus clientes?
- ¿Controlas los resultados, las crisis?
- ¿Controlas los me gusta, seguidores, o pedidos de tu audiencia?
- ¿Controlas la permanencia en tu puesto?
- ¿Controlas la viabilidad de tu proyecto, empresa o iniciativa?
Más importante…
- ¿Controlas tus pensamientos, sí esos miles diarios que corren como locos por tu cabeza?
- ¿Controlas tus deseos, apegos, vanidades?
- ¿Controlas tus sentidos… esas ansias por poseer algo, por comer, beber…?
- ¿Controlas tu vida, tu propósito?
Finalmente:
- ¿Controlas tu nacimiento o muerte?
Quizás sea hora de que te vayas preguntando ¿Quién es el que aparenta controlar? O mejor aún ¿Quién Soy Realmente?