¿A cuántas personas les entra un cosquilleo en el estómago cuando presiente que se acerca de la cita anual con la “Evaluación del Desempeño”? Tú mismo para responderte.
En mi opinión es una de las oportunidades menos aprovechadas por las empresas. Por dos motivos, el de ejercer el Liderazgo por ambas partes, el que evalúa y el evaluado.
Así, uno –el evaluador– debería reconocer si ha creado las ocasiones para el completo desarrollo de capacidades, la mejora del comportamiento, una actitud favorable con la Visión de la empresa y el pleno convencimiento del papel o misión a desempeñar por el “evaluado”, amén de un cumplimiento de objetivos consensuados previamente y con los medios adecuados.
El otro -el evaluado-, sentir que ha progresado y por lo tanto adquirir confianza en el desempeño de su Misión, también para dirigirse con asertividad y empatía para clarificar aquellos aspectos en los que no hay acuerdo y que sin esa actitud proactiva sería fuente de conflicto.
Siento que en general las intenciones son buenas por los responsables de llevar a cabo estas evaluaciones, sin embargo, siempre me hago la misma pregunta: ¿Existe ese nivel de Liderazgo y transparencia en la mayoría de las organizaciones?
No sé porque me da que hace falta un poco de Formacion por ambas partes – el uno y el otro -, ya que mientras sigamos llamándonos así y no con un NOSOTROS, no seremos nuestra mejor versión.