El poder es algo misterioso, es atractivo, pero generalmente sucede como esas polillas que, atraídas por la llama de la vela, acaban siendo devoradas por el fuego. ¿Purificador?
Durante más de 20 años he visto en diferentes empresas lo sutiles cambios que operan cada día las personas para acercarse al poder bien como arribistas a quien lo tiene o aquellos que lo tienen, buscan una dosis mayor. He disfrutado de puestos de directivo, pero no de Alta Dirección. Entre ellos hay una línea que cruzar y tiene un precio.
Generalmente las decisiones impopulares -para otros- que tomas los poderosos son dictadas por el beneficio propio de alguien con más poder que ellos.
Sin embargo, creo que hay un Poder que no busca el fruto de los resultados, sino hacer lo correcto sirviendo al bien común.
De estos últimos he tenido la fortuna de conocer alguno – me sobran los dedos de una mano para contarlos -. De los otros me faltan manos y pies.
¿Estás a punto de cruzar esa línea? ¿Has meditado bien el precio a pagar?
¡Brindemos por Aquellos que se levantan por si mismos sin abalanzarse sobre las espaldas de los demás!