Un baile de máscaras
Bien es sabido que con máscara nos referimos a la personalidad. Así que os propongo una actividad ilustrativa: tus personajes.
Se trata de que tomes conciencia de esas máscaras que empañan quién eres verdaderamente.
NOTA: Si no estás dispuesto a concederte 5 minutos de tu tiempo, no sigas leyendo y continua con tu máscara.
Comenzamos: Reflexiona sobre cuando por ejemplo te encuentras con el vecino al salir de casa, con otros padres cuando dejas a tus hijos en el cole, cuando entras al trabajo, al visitar un cliente, o a tus padres o cuando sales con los amigos, incluso cuando buscas pareja.
Si te tomas ese tiempo para reflexionar, tomarás conciencia de como cambian tus estados internos al imaginarte y sentir esas situaciones y esto se verá acompañado de diferentes expresiones en tu cara… y poco a poco te das cuenta de que esas expresiones o gestos es como si flotaran sobre algo. Así es, todas esas muecas son el resultado de los papeles que tomas y al final conforman tu rostro. Y ese “algo” es quien eres de verdad, ese que no cambia como una veleta.
Todo esto lo hacemos de manera en general inconsciente, en cambio si perseveras comprobarás que cuando estás en alguna de esas situaciones, es como si te cambiara el chip, la mentalidad y comienzas a comportarte de manera extraña o simplemente al final te dices, ¡es que ese no soy yo! Simplemente estás dejando precisamente de ser tu.
Verás igualmente que hay entornos en los que la cara se hace más pesada, es decir la máscara es como si fuera de barro y la notas pegada a ti, tan pegada que casi no te puedes desprender de ella.
La buena noticia es que si puedes.
Ahora reflexiona igualmente en esas escasas situaciones en las que no tienes nada que justificar, demostrar, buscar, en las que eres tu mismo y que te sientes libre y dichoso, sin depender de personas o circunstancias. ¿Recuerdas alguna de esas experiencias? Ahí estás tú, eres TU, el verdadero o verdadera.
Cada vez tenemos menos tiempo para reconocer esos momentos, ya que cuando acabas tu jornada laboral y crees que descansas, te metes en otro trance y te pones la TV o lees las últimas noticias para “desconectar”.
No hace falta ser muy espabilado para extraer una lección transcendente de la situación actual en la que todos vamos con la mascarilla puesta. Dejando aparte las enfermedades físicas, es la enfermedad del Alma la que intenta darnos un aviso: Seamos Auténticos y fieles a nosotros mismos.
Ahí radica la Felicidad.