LIDERAZGO (con mayúsculas) y Alma, juntos en una frase parece un tanto desconcertante a primera vista. Así que un poco de contexto no vendría mal.
Durante los cursos que imparto, siempre hablo de tres tipos de liderazgo:
- liderazgo (en minúsculas): aquel que normalmente estamos acostumbrados a ver o leer en la TV o en los periódicos, políticos, empresarios… en los que más que liderar, los llamados “lideres incluso lideresas”, aprovechan sus posiciones jerárquicas para implantar sus ideas y utilizar a las personas como medios para lograr ese fin personal.
- Liderazgo: esa L mayúscula determina que hay cierta madurez de personalidad, que sabe influir, guiar a otros para alcanzar sus propósitos o los de la organización a la que representan (generalmente por motivos de poder, económicos o de prestigio social) a través de reconocer sus puntos fuertes y comenzar a reconocer su Talento.
- LIDERAZGO: aquí hablamos de un salto cuántico, transcendente y éste es el Liderar desde el Alma, lo que implica un elevado nivel de conciencia, autoconocimiento, todo ello con un profundo sentido de fraternidad, amor y servicio a través de los respectivos dones o talentos, no sólo propios, sino también el saber cómo inducir y crear las oportunidades para que los demás expresen los suyos propios.
Vistas así las cosas – no tienes porque estar de acuerdo- pero si quieres, lo puedes tomar como una actividad y seguirla a ver dónde te lleva.
Como ya me conoces… una pregunta para ir tomando cierta perspectiva: ¿Qué tipo de liderazgo estás viviendo o representando en la actualidad?
Bueno, esa es una primera toma de conciencia que nos lleva a reconocer nuestro punto de partida, que suelo llamar, nuestro Mundo Ordinario, lo que implica que debe de haber un Mundo Extraordinario. Sí, ese del Liderazgo desde el Alma o LIDERAZGO.
Por lo tanto, hay una transición, es decir una transformación personal que implica un importante cambio de creencias y por supuesto de conciencia.
Así que podemos realizar ese viaje entre mundos de una manera consciente y aplicada y recorrer esas etapas que aparentemente nos separan de ese estado deseado.
Al fin y al cabo, ese estado siempre ha estado presente, pues es el Alma la que siempre ha estado guiando a la personalidad, aunque no nos diéramos cuenta.
Ahí está una de las creencias apegadas fuertemente a nuestra personalidad que debemos meditar en profundidad.
Lo dejamos aquí, para que reflexiones sobre esa integración archisabida de que somos cuerpo, alma y espíritu y seguimos otro día con una segunda parte para ver cuáles son esas etapas, ese puente hacia el LIDERAZGO.