A primera vista puede parecer un sacrilegio en el entorno laboral, ya que se nos suele valorar no sólo por las competencias sino por los efectos que éstas producen en la cuenta de resultados. Conforme va pasando la vida y por tanto esos cuadrantes de aprendizaje, te vas dando cuenta de lo eficaz que eres. Jijiji. Claro llevas tiempo y tiempo repitiendo los mismos actos, los mismos patrones y en muchos aspectos no te diferencias de un robot. Vas en piloto automático.
Estás en la rueda de la vida. Luego como mucho, buscas un significado a lo que haces, a tu vida, como si esa búsqueda la fueras a encontrar en algún sitio o en algún libro o en algún curso.
De eso nada. Tu creas el Significado momento a momento, involucrándote en todo lo que haces, desde las cosas sencillas como prestar atención a lo que acontece, al desarrollo de tus hijos, a ser consciente y estar alerta, despierto a los símbolos y formas que día a día nos acompañan. A salir de tu zona de confort, a aprender cosas nuevas, a mirarte o mirar a tus seres cercanos con nuevos ojos, a arriesgar en aquello que crees. En definitiva, a permitirte vivir a pesar de los miedos.
La Vida te hace estar presente, alerta, consciente y así VIVES y sabes por propia experiencia. El conocimiento en cierto sentido está vacío… no lo has experimentado y nos llenamos la cabeza de cosas que no hemos vivido y encima nos las creemos como validas y las defendemos a capa y espada… y así se nos va la vida en ello.
VIVIR es SABER. Así te sobraran las opiniones, las teorías, las argumentaciones y disquisiciones.
Quítate peso de esa mochila y VIVE TU PROPIA VIDA.